Después de darle vueltas, el verano de 2011 decidí - en un ejercicio de voluntariosa militancia taurófila, sí - asistir a las cuatro últimas funciones taurinas que se darían en la Plaza de Toros Monumental de Barcelona esa temporada.
La primera, correspondería a la última corrida del mes de agosto; la segunda, a la novillada de la Escola Taurina de Catalunya y las dos restantes, a las corridas de toros publicitadas como Fira de la Mercè, estas tres en el mes de septiembre.
También editaría un cuaderno, o revista en denominación antigua, con mis impresiones de aquellas cuatro tardes de toros.
Llegado a este punto, y para evitar que el morlaco que tenemos entre las manos me lo echen pa los corrales, agarro el imaginario acero y me tiro por derecho, sin pensar si ésto se acaba, se ha acabado o se acabará.