Hemingway y Franklin se conocieron en agosto de 1929 y enseguida congeniaron. En ese momento Ernest estaba consustanciado con el espectáculo taurino.Es decir, que esta relación nació por sí sola. No cabía duda sobre los gustos comunes: el alcohol, el peligro, el boxeo, la pesca, las comidas, los toros, las armas. La estrecha relación, se prolongó por bastante tiempo. Durante la Guerra Civil Española estuvieron juntos y compartieron borracheras y angustias. Con una gran diferencia, Hemingway se había comprometido con la causa revolucionaria, Franklin, en cambio, no fue tan leal. Su proximidad a las clases aristocráticas y adineradas de España que lo adulaban durante las corridas de toros y su reconocida simpatía por Franco, lo ponían en otra vereda.