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Pedrucho, Pedro Basauri Paguaga, nacido en Eibar el 30 de noviembre de 1893, a los dos años se traslada con la familia a Barcelona donde destaca en los estudios y se inicia su afición taurina, en contra de la voluntad familiar.
El año 1915 torea novilladas económicas en Barcelona y el 1 de octubre de 1916 se presenta con caballos en Las Arenas. Tan monumental fue la faena que le hizo a un novillo de Pérez de la Concha, que una vez estoqueado la gente se lanzó al ruedo para pasearlo con las dos orejas cortadas. Entonces se convirtió en el novillero del momento.
Pero la apoteosis llegará en Sevilla. Pedrucho se presentaba para estoquear una novillada de Miura con una gran expectación creada para ver al nuevo fenómeno. Pedrucho, enormemente inspirado creó una de las mejores obras que se recuerdan en el coso del Baratillo. Cortó cuatro orejas, las dos a sus dos novillos, abriendo la deseada Puerta del Príncipe y llevado a hombros por unos seis mil aficionados por las calles de Sevilla. La crítica lo halaga y los aficionados de solera lo toman como referente. Todo el mundo coincide en que con Pedrucho había llegado "El Mesías del Toreo".
Pedrucho consiguió congregar más aficionados en la Monumental de Barcelona que en un partido de final de copa entre el Futbol Club Barcelona y el Athlètic Club de Bilbao que se disputaba, simultáneamente, en el campo de Les Corts.
Es sabido que Pedrucho, era un asiduo del frontón del Club Natación Barcelona. Un buen día, un empleado del club le notificó que no podía jugar porque el frontón lo había reservado el jugador del FC Barcelona, Paulino Alcántara. Pedrucho se dirigió al encargado de las instalaciones para pedir explicaciones acerca del porqué de esa reserva en su hora de entreno. El encargado, con cierta coñita, le respondió que Paulino era doctor y que debía pasar consulta. Pedrucho, serio, muy elegantemente le respondió que él también era doctor: Doctor en Tauromaquia.
Después de la guerra civil se retiró y se dedicó a dirigir la prestigiosa Escuela Taurina de Barcelona.