La ganadería de esta tarde, "El Sierro", procede de la formada por el Marqués de la Conquista con reses jijonas, pasando posteriormente al matador Francisco Arjona "Cúchares", en sociedad con Santiago Martínez, siendo adquirida la parte de Cúchares por Mauricio Rosendo, de quien pasó en 1868 a Carlos López Navarro.

Posteriormente, su viuda, vendió a los señores Herrera Olea, quienes la revendieron en 1909 a Luis Baeza que la transfirió en 1917 a Pacomio Marín. Éste, por su parte, en 1928 le agregó dos camadas de la ganadería de Julián Fernández Martínez y vacas de Veragua, eliminando todo lo anterior. Al fallecer Pacomio, en 1938, la heredó su viuda Francisca Marcos.

En 1944 se dividió entre sus hijos, siendo uno de los lotes para Francisco Marín Marcos, aumentado posteriormente con reses de Samuel Flores. Fué vendida en 1966 a Tomás García Castaño. En 1973 se vendió a Luis Sánchez Ortiz de Urbina, que la anunció "El Sierro".

En 1977 adquirió un lote de vacas y sementales de Atanasio Fernández.

En 1995 pasó a ser propiedad de El Sierro de Sepúlveda, S.L. Noticias de finales de 2011 aseguraban que probablemente desaparecería esto de Atanasio.

En un día caluroso no encontré a nadie en Barcelona y sus alrededores que quisiera acompañarme a presenciar la corrida de toros que se anunciaba en la Monumental. Corrida de toros: 6 toros de la ganadería de "El Sierro", de Castraz (Salamanca). Corrida mansa, sin fuerzas, mal presentada. Aburrimiento y calor.

Espadas: - Juan Bautista, de azul marino y oro (silencio en los dos) - Salvador Vega, de azul eléctrico y oro (silencio después de aviso y silencio) - Miguel Tendero, de lila y oro (oreja y ovación después de aviso)

Saludaron montera en mano los banderilleros Curro Robles y Pablo Delgado. Se guardó un minuto de silencio por el aniversario de la muerte de Manolete en Linares. Los tres diestros recibieron una ovación después del paseíllo, sin ningún sentido.

Mucho aplaudidor en el tendido entre algo más de un cuarto de entrada.

Begoña Agüero, hija del torero Martín Agüero, me ha venido a la memoria esta calurosa tarde. Una persona singular que recuerdo por haber compartido tendido durante años. A esta señora, que en los años 80 del siglo pasado ya era una mujerde edad, la encontrábamos habitualmente en la Gran Peña, antes y después de la corrida. Iba bastante maquillada, bién vestida y conservaba unas maneras muy seductoras.

De todos era conocida su condición de hija de torero - " la hija de Agüero" - pero no mucha gente sabía que fué en su época una gran figura del teatro de music hall, o varietés como se le denominaba, y particularmente de sus éxitos en El Molino en los años 50.

Pues bién, Begoñita, como se la llamaba cariñosamente, actuó en El Molino de Barcelona con la famosa Bella Dorita, pero debutó en Bilbao donde formó parte del escandaloso elenco del Salón Vizcaya.