Exilio taurino

Una jornada estival
Para quienes hemos tenido que soportar reiteradamente el insulto y el desprecio institucional, por el mero hecho de ser unos catalanes amantes de las corridas de toros, poder disfrutar de un marco taurino cercano y amable supone un placer casi indescriptible.

Para nosotros, uno de esos lugares es el bar de la Peña Taurina Pan y Toros. Por eso, algo que nunca obviamos estando en Vinaroz es rendir visita a la Peña Taurina Pan y Toros.

Ir a tomar una cerveza e intercambiar algunos comentarios con los aficionados locales, lo hemos convertido en parte imprescindible de un cierto ritual vinarocense, y mucho más desde la infame prohibición de las corridas de toros en el territorio catalán. También tenemos noticia de las múltiples actividades taurinas que realiza la Peña a lo largo de todo el año y las valoramos muy positivamente desde la distancia.

El aperitivo

Una jornada estival
Resulta curioso que la palabra aperitivo inmediatament me remite a una acción teatral de Albert Vidal, que se titulaba precisamente así: El Aperitivo (L'aperitiu). Aún tratándose de una sencilla dramatúrgia se convirtió en un de sus trabajos más significativos. La acción – de unos cincuenta minutos de duración - consistía en una pareja que tomaba un aperitivo sentados en una mesita servida por un camarero.

El movimiento de los actores era imperceptible en el momento, efectuado como a cámara lenta, contrastaba con la música rotunda y repetitiva. Impactante.

La perfección y el refinamiento artístico de este trabajo le supusieron grandes elogios y, creo recordar, motivaron su presentación en numerosos festivales internacionales. Para este trabajo contó con la inestimable colaboración del gran músico de Vinaròs, Carles Santos, quien compuso e interpretó la música de acompañamiento al piano durante toda la obra.

Caña y banderillas

Una jornada estival
Una banderilla es el esportoncillo de varias tapas insertas en un palillo como si fuera una banderilla de lujo de las que antaño clavaban los grandes toreros en las tardes de solemnidad.

Debo confesar mi debilidad por las banderillas, y especialmente por las denominadas Gilda, que combina el pepinillo, la aceituna y la guindilla, a veces también tiene una cebolleta, con una conserva de pescado, generalmente anchoa, unidas por un palillo. No obstante, yo prefiero las que se componen de aceitunas, anchoas y guindillas exclusivamente. Y como los huevos: de dos en dos.

El nombre de Gilda se le otorga en referencia al personaje principal de la película Gilda que encarnó la actriz Rita Hayworth en 1946 ya que la banderilla es "salada, verde y un poco picante". El término de Gilda comenzó a utilizarse en el donostiarra Bar Casa Vallés, su creador. Al igual que todos los encurtidos, su sabor es fuerte, muy ácido, lo que lo hace ideal para su consumo como aperitivo acompañado de vino o cerveza. Para mi, una caña.

Zarapito

Una jornada estival
En el bar de la Peña Pan y Toros de Vinaròs, me gusta especialmente sentarme en la mesa situada justo debajo de la testa del vitorino, delante de la barra, y tomarme una cerveza muy fría. La imponente cabeza de toro pertenece al llamado Zarapito. Una placa nos ilustra con la siguiente inscripción: Marcado con el nº 68, 530 kg. De la ganadería de D. Victorino Martín. Lidiado por LuIs Francisco Esplà, en la Feria de la Magdalena de Castellón, el dia 19 de marzo de 1996. Este toro formó parte de la corrida premiada, por la Associació de la Premsa Taurina de Castelló, como la mejor de la Feria de la Magdalena de 1996.